La otra mejilla: Si se quiere, se puede…

El ingreso a una cárcel no es nada agradable, mucho menos cuando se habla del centro más poblado del país. La espera se vuelve tediosa, incómoda y hasta agresiva muchas veces. Niños/as que esperan junto a sus familias padecen ese tiempo entre el calor y el frío (según la época del año) sin otro argumento que esperar y sufrir esos inconvenientes que alteran el clima desde la puerta misma de la unidad penitenciaria. Para cambiar esa realidad nos propusimos transformar el acceso a la Unidad Nº 4 de Santiago Vázquez mejorando los baños públicos de la zona de ingreso, las paradas del transporte público, y construir un espacio lúdico para los más pequeños. Son señales que pretenden mejorar la convivencia en los espacios de encierro, empezando desde la puerta misma y con las familias como primer objetivo. Si se quiere, se puede…

La idea empezó a materializarse con las refacciones que la empresa CUTCSA –en la figura de su presidente Juan Salgado- hizo de los baños públicos que se encuentran instalados en la zona de ingreso al establecimiento penitenciario. Recambio de la grifería, puertas y lavatorios, pintura general de paredes y pisos, fueron el principio de un proyecto que tendría otras aristas a cumplir.

Si la necesidad de devolver dignidad a los servicios sanitarios era una prioridad, el hacer más llevadero el tiempo de espera que insume el ingreso de las visitas al más poblado centro penitenciario del país era otra necesidad. Son más de mil personas las que transitan cada día de visita de las cuales una alta proporción son niños/as que esperan largas horas para poder sortear las revisorías de ingreso. Horas en que los más pequeños sufren de aburrimiento ante la ausencia de un espacio lúdico donde poder quemar ese tiempo de espera.

Así se fue generando la idea de crear un espacio donde los más chicos puedan disfrutar de juegos saludables en un lugar seguro y al reparo de sus adultos responsables, que pueden vigilarlos mientras esperan su turno para ingresar.

Gracias a la gestión de las autoridades del establecimiento penitenciario, en la figura de su director -Alejandro Chaves- fue cedido un estacionamiento clausurado lindero a las revisorías para destino de ese espacio para juegos infantiles.

El Municipio A donó equipamiento para gimnasia al aire libre o módulos saludables, que serán pintados en el Polo Industrial de la Unidad Nº 4 y luego instalados en el lugar. Asimismo, se recibieron donaciones de juegos infantiles (hamacas, tobogán, subibaja, y jaula de monos) que serán acondicionados en el lugar elegido. El mismo será equipado, también, con sillones construidos con cubiertas de caucho, así como también se utilizarán cubiertas para construir un contorno de seguridad que brinde resguardo al lugar donde jueguen los más chicos.

En una de las dos rotondas con que cuenta el lugar, se instalarán también una batería de juegos que los funcionarios del establecimiento penitenciario tienen prontos para instalar. El lugar contará, también, con nuevos techos que resguarden a los visitantes mientras esperan por el transporte colectivo.

Manos a la obra

Este jueves 18 de diciembre, bajo un sol bastante agresivo, cinco diputados, el alcalde del Municipio A y un grupo de colaboradores, se dieron cita para derramar colores en el lugar pintando asientos y jardineras donde se realizará la intervención descrita.

Los diputados Diana Noy, Estela Pereyra, Cecilia Cairo, Pablo Inthamoussou y la suscrita –Graciela Barrera-; junto al alcalde del Municipio A –Néstor Piñeyro, que suple a Juan Carlos Plachot que atraviesa un quebranto de salud- pinceles en mano, fueron dando color y vida al lugar ante la mirada de cientos de visitantes que no disimularon su agrado por la iniciativa.

Es que la idea principal de todo esto es hacer de ese lugar un espacio donde se respire convivencia, donde los más pequeños soporten –jugando- las largas esperas que genera la revisoría, y así se descomprima uno de los tantos factores que generan mal humor entre los visitantes. Si los niños pasan mejor ese tiempo, el humor mejora y eso se transmite luego puertas adentro del establecimiento.

Claro que esto solo no alcanza, hay que mejorar el trato en la propia revisoría, hacer más amigable el traslado de los bolsones que cargan (en su mayoría mujeres) por varias cuadras adentro del recinto. Una situación que está siendo atendida por los impulsores de toda esta movida para que sea con carritos que se transporten esos inmensos bultos.

Como pueden leer, se trata de una intervención mucho más ambiciosa que la construcción de un espacio de juegos infantiles. Se trata de mejorar servicios y hacer de un espacio gris un lugar lleno de vida y color, que descomprima y alivie tensiones desde el ingreso mismo.

Es una intervención donde la voluntad hizo lo suyo, sin necesidad de esperar por nadie más que por nosotros mismos.

Haciendo que las cosas pasen.

Porque, en definitiva, si se quiere, se puede…

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Pintando y proyectando